“Quién le duele la muela…”

Este es el comienzo de un refrán popular que viene muy al hilo de lo que, a continuación, os queremos contar como aviso. Y es que dentro del mundo del esoterismo y la Alta Magia, aunque no existen normas escritas, si se rige por la buena voluntad, buena predisposición y el sentido común.

En muchas ocasiones, cuando los caminos de nuestro futuro son difíciles, solemos pedir la recomendación energética como posible solución o, al menos, como ayuda para que dichos acontecimientos se acerquen en el tiempo, o sean más accesibles. En esos casos, buscamos la ayuda de alguien que tenga conocimientos sobre rituales de Alta Magia para elaborar una combinación que pueda, energéticamente, ayudar.

Y está muy bien, si. Este tipo de elementos energéticos si son de calidad, están elaborados bajo los preceptos adecuados, con los compuestos naturales adecuados y respetando una serie de pasos ya tradicionales, pueden servir de mucha utilidad. En este sentido poco vamos a comentar ahora, ya que será motivo de otro artículo cuya finalidad será, como siempre hacemos desde nuestra Asociación, la de servicio público e información.

Pero en todo esto puede haber un problema, basado precisamente en lo que comentábamos al principio. Está claro que no hay normas escritas más allá de las Fórmulas Magistrales usadas para la combinación de los elementos energéticos que se pueden usar para un Ritual, así como el conocimiento de cada uno de esos elementos a nivel energético. Pero si hay una serie de normas no escritas, de ética profesional y sobre todo, de vocación en cuanto al servicio a los demás.

Esos conocimientos, esas fórmulas y sus variantes, son de gran ayuda a los clientes. Y la forma verdadera de operar sería como cuando un cocinero le da la receta de un gran plato a quien quiere tenerla. A esa persona le mostraría cuales son los ingredientes y la forma de cocinar ese magnífico plato, pero no le diría que él o ella le hará el plato en casa, y luego, se lo comerá a su salud, eso sí, cobrándole cada vez que solicite saber esa suculenta receta.

De forma más clara, estamos totalmente en contra de quienes piden una cantidad de dinero por la realización de un ritual, sea la que sea, y el cliente a cambio sólo reciba un contacto verbal. Ese tipo de actitud roza la estafa, porque el cliente tiene que creer a la fuerza que el profesional ha comprado los elementos, ha hecho el ritual, lo ha ejecutado y… a esperar el resultado.

Y para colmo, hay otra particularidad que se obvia (porque no se olvida, lo que pasa es que no conviene recordarla). Todos los artículos esotéricos son “magnetizables”, esto es, deben llevar la firma energética así como la intención de quien realmente necesita ese tipo de elementos para que, energéticamente, les pueda ayudar en su vida. ¿Entienden ahora el refrán?

Quien necesita un cambio en su vida debe combinar los elementos energéticos necesarios en una base (generalmente una vela o velón, aunque hay otros artículos y elementos), y mientras toca todos esos elementos, su “deseo” en forma de vibración queda impregnado en cada uno de ellos, tranformandose luego en una energía que haga propicio lo que solicita, siempre que no sea en su contra, o que eso que pide forme parte de su vida futura.

Por lo tanto, desde nuestra Asociación animamos a todos/as aquellos/as que necesiten o le recomienden la elaboración de un ritual que pidan qué elementos necesitan, los compren en establecimientos reconocidos por su prestigio y por la elaboración artesanal de esos elementos, y siguiendo las instrucciones elaboren y ejecuten su propio ritual en su domicilio o cualquier lugar elegido para este acto.

En el caso que el profesional que aconseja la realización de un ritual tenga la experiencia para elaborar esos elementos, si el cliente quiere comprar esos productos por el costo que dicho profesional marca, es libre de hacerlo siempre y cuando reciba alguna comprobación de su compra, y reciba en el lugar establecidos todos los elementos que adquirió.

Como conclusión y consejo, huya de quien le pide una cantidad por la realización de una “limpieza a distancia”. Huya de quien le indique que debe hacer un ritual, le pide una cantidad de dinero, pero el ritual lo elabora y ejecuta quien recibe ese dinero sin que el pagador vea absolutamente nada. Huya de quien le coaccione para que siga enviando dinero, con el pretexto de continuar haciendo el ritual para que termine por funcionar del todo. Esa superchería no entra dentro del mundo de la Alta Magia.